La preocupación como paliativo de la ansiedad

La preocupación como paliativo de la ansiedad

Al ser la preocupación una parte de la resolución de problemas que nos causan ansiedad, solamente el hecho de empezar a pensar en solucionar un problema significa que se ha comenzado su afrontamiento y, así, aumentamos la probabilidad de librarnos del peligro previsto y ya nos comenzamos a calmar, porque hemos iniciado la resolución del problema.

Se ha demostrado que la preocupación tiene un impacto directo sobre la ansiedad, en concreto sobre el tono vagal que incluye los latidos del corazón y la respiración. Es una reducción de determinadas formas de activación que, sin embargo, genera otras también desagradables como la tensión muscular y la inquietud. Al pensar, generamos imágenes o palabras; pero en la preocupación patológica se hace solamente de forma verbal, (Borkovec e Inz, 1990) alcanzando de esta forma un alto nivel de abstracción que aleja de la realidad de la amenaza más que las imágenes y nos permite, además, aplicar la lógica, lo que facilita llegar a soluciones más coherentes. Roemer y Orsillo (2002) dan gran importancia a este hecho y afirman que la forma más llamativa de evitación en el trastorno de ansiedad generalizada es la evitación de estímulos o experiencias internos, aunque irónicamente la preocupación se convierte en una experiencia interna no deseada. Así se explica como pueden darse simultáneamente dos procesos aparentemente contradictorios, la disminución de la ansiedad y el aumento de la tensión muscular.

Pero no es ese el único camino por el que la preocupación se convierte en una conducta de evitación, que rebaja la ansiedad: Muchas veces los sujetos con trastorno de ansiedad generalizada, al preocuparse de sucesos muy poco probables, rehuyen hacerlo de problemas acuciantes a los que no quieren o no pueden enfrentarse (Borkovec, Alcaine, y Behar, 2004). Si se preocupan porque es posible que caigan enfermos, no les quedará tiempo para pensar que las relaciones con su pareja no son agradables y que no ven posibilidades de mejorarlas. Se evita así la experiencia de la ansiedad al preocuparse de problemas menores para no afrontar aquellos que causarían mayor ansiedad y que no son solucionables. Al ocupar los recursos mentales en los temas que causan menor sufrimiento se impiden los pensamientos más amenazantes. Preocupándose de problemas terribles, aunque poco probables, se cree que se está haciendo todo lo posible para solucionar problemas; aunque en realidad los estén evitando. La quintaesencia de este proceso consiste en que los humanos puede crear estrés para excluir un dolor posterior mayor (Borkovec, Alcaine, y Behar, 2004).

La preocupaciones patológicas y sus trastornos

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